miércoles, 14 de marzo de 2018

Lluvia

Hace poco leí algo así como "No hay que sentirse vivo, sino humano".
Iván Ferreiro dice que en la tristeza hay belleza. Creo que piensa que no hay nada de malo en estar triste, que no debemos aplacar ese sentimiento, tan natural como la felicidad.
Podemos volver a ese "Es mejor haber amado..." del poeta inglés Alfred Tennyson (no sabía quién lo dijo, lo he buscado en Internet).
Es mejor haber sido humano que no un mero pasajero de la vida. Es mejor tener grietas, ser imperfecto.

Lou Reed se mezcla con el sonido de la lluvia rompiendo en las ventanas, algunas gotas de agua se cuelan curiosas en casa y me preguntan qué me pasa. Intento sentirme humano, pero cuanto más humano me siento, menos vivo estoy. 

Existe una felicidad vegetativa en las canciones tristes. Una luz latente que asoma con determinados acordes y voces. La ansiedad, los trastornos obsesivos compulsivos, el recuerdo envuelto en óxido debajo de las uñas, la suave sensación del dolor inyectado y su incorporación a la corriente sanguínea. Es entonces cuando la respiración se ralentiza, cuando podemos ver cómo nacen y se marchitan las hojas fotograma a fotograma, cómo rompen kamikazes contra el cristal las balas, cómo el tiempo se pasa y cómo pasamos  pasajeros infelizmente felices por esta acera encharcada de vida.

jueves, 8 de marzo de 2018

Ellas

¿Y si fuera así siempre?

Libros sin musas.
Calderos sin brujas.
Hijos sin madres.
Vacías las calles.

Quizás merecemos

hojas en blanco,
pociones inocuas,
hijos con hambre
y calles desiertas.