miércoles, 22 de octubre de 2014

Dieciocho, diez, catorce

Se vende, se alquila, se traspasa. Es el movimiento incesante, silencioso, la oxidación de nuestras células, la elástica distancia que nos une y nos separa para siempre o tan sólo temporalmente.
No somos más que tiempo, tiempo ganado, tiempo perdido.
Tiempo muerto.

Yo solamente sé escribir, mi tiempo, mis minutos y segundos son las letras que se agolpan, se empujan, se rompen los tobillos en una carrera sin motivo. O quizá con.

Yo solamente sé mirar a los ojos. Me basta con mirar tus ojos para que empujes cada linea hasta el "cling" que me dice que he llegado al borde del abismo, que necesito volver atrás, deslizar con mi derecha la palanca horizontal y avanzar.

Me basta con mirar tus ojos de color nomeacuerdo para que me engañes. Una y otra vez, no tengas prisa.

"Rose is a Rose is a Rose is a Rose..."

Y así fuiste erosionando, poco a poco, beso a beso (que no diste).
Hasta que dejó de tener sentido. Hasta que la última gota logró derramar todos los ramos de rosas.
Tenían más espinas que pétalos.

viernes, 3 de octubre de 2014

El juego de la coincidencia

Es una pena que todo acabe. 
Y no queda más que esas viejas fotos en la retina que cada vez van tornándose ceniza, qué puta mala suerte no ser quién quisiste que fuera. Qué mierda que todo vuelva y no se apague. Que lo hayas olvidado, apartado a este lado, helado.
Que los protagonistas de nuestras biografías son todos menos nosotros, los que nos hicieron tomar el otro camino, los que nos miraron y fueron a por nosotros. Que lo que hicimos lo hicimos por lo que nos hicieron. Acción-Reacción. Piezas de dominó. La chispa que incendió el movimiento, las ganas de comernos la vida en ese mismo momento, la ingravidez del tiempo encerrados en un reloj de arena.
¿Has salido alguna vez de tu cuerpo?
Let's take a stroll outside it... Take a walk on the walk side.
Necesito beber más. Bukowski está tirado en el suelo pero aún respira, me mira, tiene miedo. 
Fue fácil siempre que ella llenara mi copa. (Maldito condicional).
Frances Smith, Marie-Théresè Walter, Dora Maar...
Charles, Pablo...
¿Qué hubierais hecho sin ellas?
My Sharona, Lucille, Roxette, Suzie Q, Victoria, Roxanne...
Es Ella. Mi reina y mi ruina, 
la mina que escribe y camina 
por folios de papel hasta el borde el abismo. 
Qué puta mala suerte ser yo mismo.

jueves, 2 de octubre de 2014

Fueron felices y se devoraron

Aquel día bajando la calle miró a una ventana de un piso bajo, era como una jaula donde ya no quedaban ni los huesos. Dos macetas, quizá tres, hinchaban sus pechos de barro de favela. Se quedó parado. Mirando a una de ellas, la que más sobresalía, la central. Estaba deshidratada, sus hojas, famélicas, tiesas y quebradizas como dagas oxidadas. Se paró. Pensó y salió corriendo de vuelta a casa. En apenas tres minutos volvió a esa ventana de un piso bajo con un vasito lleno de agua. De puntillas con una manita agarró una barra de aquella jaula de un piso bajo, extendió la otra con el vasito y vertió el líquido sobre aquella maceta. 

La esperanza de la ilusión virgen. Los ojos de bandeja blanca, esponja vital. El resto de una vida que ignora el color de la sangre, el dolor por amor, la pérdida, el blanco y negro. 

Una vida que, sin saberlo, ha enterrado un futuro que acabará por sacar su huesuda mano de la misma tierra en la que ahora mismo está plantada la semilla que fue un día la de esa maceta.

Ignora que todos los cuentos tienen final.

Si algún día pasas por la Calle del Molino de Viento número 12, allí verás una ventana de un piso bajo, y cada mañana un vasito lleno de agua. Lo que queda de todos nosotros.