jueves, 31 de marzo de 2011

Subjuntivo

Era tan fácil como dejarse caer ante el sueño, una bala y...zas. Hasta el día siguiente, como la píldora que nos hace olvidar que seguimos vivos, caen fusilados los brazos en el colchón, palmas mirando al techo y respiración pausada. 
Y la luz encendida.
Fue tan fácil como deslizar en índice acusador sobre su cintura metálica y apretar. Rápido e indoloro para pintar las paredes de rojo ventricular. 
Era demasiado fácil. Por eso decidió sentir la caricia del suicidio a largo plazo.
Quería sentir algo.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Flotando

Era el mismo escenario diario, el sol jugaba al gato y al ratón sin tener claro quién hacía el papel protagonista, él o yo. Helios y sus escasos rayos quemaban la tostada más paciente en la sala de espera de la cocina. Utensilios de cirugía brillantemente hambrientos tatuados con sus huellas escribían un mensaje desolador en aquel cuarto. 
Descalzo en suspensión mis dedos obesos leían suavemente la madera como la aguja susurraba al vinilo la noche anterior, seguía sordo dando vueltas buscando nada. 
El tiempo era lo único que se movía con sentido en aquella casa, era la única forma de estabilidad móvil. 
El resto era un 
c
a
o
s.


Un caos que comenzaba cada noche.

jueves, 17 de marzo de 2011

La conozco

Es ella, de su larga cabellera pelirroja nace un arroyo ensangrentado atado con una goma negra, siempre usa el tenedor y su comida favorita es la caliente. La adoran, devora almas a todas horas y ama con la mirada a sus presas que salivan ilesas, de momento.
Amor a primera vista cuyo orgasmo termina con forma anatómica de guadaña, araña de luto que llora de risa. 
Es ella, sus curvas son fiel reflejo del infinito de sus caderas, motor de unos pasos que humean huellas estampadas (estampan huellas humeantes) al rojo vivo. Serás carne de cañón en su plato, la última gota de un hielo con sabor a whiskey que derrape en sus labios, no serás nada con ella porque ella será todo. 
Te sonreirá y seducirá, lo sé de sobra...

jueves, 10 de marzo de 2011

Garçonne à la cigarette, Affortunato Gory

Y ahí estaba ella, imponente e impertérrita, jugando con los valientes que se atrevían a mirarla. Era el siglo XIX y su media sonrisa sólo era perfecta porque sabía, en la distancia, a ácida picardía que siempre atraía cierta complicidad. Sus ojos daban la razón a sus labios. 
Con ella perdí mi timidez porque sabía de sobra que su cara no mutaría ni aunque le mostrara todas mis intenciones, por lo que podía insinuarme de todas las maneras, incluso de las que no conocía, se podría decir que me enseñó a conocerme un poco más.
La única máscara que nos separaba era aquella pared de cristal que la rodeaba, dispuesta a ser desnudada por cualquier ojo preparado para perder una batalla.
Es una mujer valiente y vertiginosa que fuma con una larga boquilla negra desafiando al estrato masculino. Es todas las mujeres en una y cada vez que la vuelvo a ver vuelvo a perder una batalla que no me importa perder, porque gano al volverla a ver y siento que pierdo cuando le vuelvo la espalda.

martes, 8 de marzo de 2011

To2 - 2

Entre el tumulto éramos dos bultos casi pegados con la mirada perdida en el vórtice del ombligo del otro, queriendo tan sólo escucharnos y hablar poco. Yo rastreaba con el índice el epicentro de tu vientre de aquel viernes veinte y tú, mansa te dejabas dibujando una sonrisa que tensaba la goma de mis calzoncillos.
Aquella era una gran plaza con vistas al muelle de tu cuello, donde mi lengua se anudó y escribió las notas musicales del mejor de tus suspiros. Hacía mucho frío y el vapor que salía de tu dulce de marfil hizo opaco el cielo mientras aullabas con los ojos cerrados y destruías el tiempo.

Aquella noche apenas cruzamos palabras…

- ¿Cuánto?
- Cincuenta cariño.

Fue un amor a primera visa.

lunes, 7 de marzo de 2011

Heroína

Es la hora del almuerzo. Entran en la casa casi sin tocar la madera blanquecina, casi sin caminar, no hablan, son fantasmas de algodón buscando el punzante alivio. El pasillo se hace tan largo como sus ganas de devorar a dentelladas la vida sin saber de las consecuencias de sus heridas. Llegan al salón,
Silencio.
Predomina una atmósfera marciana, ojos rojos e ingravidez. Miradas famélicas babean en nombre de Pávlov una nueva dosis oxidada que pronto olvidarán de regreso a la mentira. El hambre prima pero lo primero es el dinero…
M
O
N
E
D
as
sueltas caen en una alfombra huérfana llena de restos de cualquier cosa. Comienzan los sueños de rosa. La goma ahorca el brazo y muestra el camino de la libertad.
Allá vamos…
Pulmones hinchan el globo que les lleva. Las pupilas son el vinilo que replica la serenata de las ratas.
Caen al suelo fulminados.
Paz.
Es el sueño silencioso con los ojos clavados en un techo con zetas que escupen cal de vez en cuando. Nada les disturba en su cuna. Ya no están aquí pero volverán muy pronto con más hambre. El tercer mundo está en el 2º B de una calle de Madrid.